Todas las plantas necesitan nutrientes para sobrevivir y crecer. Las plantas toman nutrientes del aire, el suelo y el agua.
La cantidad de nutrientes disponibles para las plantas es afectada por
- La calidad del sustrato
- La calidad del agua
- El tipo de planta
Por ello es de vital importancia que tanto el agua como el sustrato sean de la mejor calidad posible si queremos desarrollar plantas fuertes y sanas. Es suficiente observar el efecto del agua de lluvia en plantas y jardines para notar la diferencia que hace el utilizar elementos de primera calidad.
Los nutrientes son absorbidos por los finos pelos de las raíces, no por las raíces grandes cuya función es de sostener la planta y almacenar agua y otros alimentos. Estos finos pelos pueden excretar también líquidos e intercambiar elementos con el sustrato, lo cual afecta la acidez del suelo y con ello la disponibilidad de nutrientes para la planta. Un sustrato que proporcione los nutrientes que la planta necesita hará que estas terminales de las raíces sean abundantes y saludables.
Hay dos tipos de nutrientes:
- Los macronutrientes, necesarios en grandes cantidades
- Los micronutrientes, necesarios en menores cantidades pero sin los cuales no puede haber un desarrollo saludable de la planta.
Macronutrientes | Micronutrientes |
---|---|
Nitrógeno (N) | Hierro (Fe) |
Fósforo (P) | Manganeso (Mn) |
Potasio (K) | Zinc (Zn) |
Calcio (Ca) | Cobre (Cu) |
Magnesio (Mg) | Boro (B) |
Azufre (S) | Cloro (Cl) |
Molibdeno (Mo) |
Los tres grandes –Nitrógeno, Fósforo y Potasio- representan más del 75% de los nutrientes minerales que se encuentran en la planta.
El Nitrógeno es un componente esencial de los aminoácidos y del DNA de todo ser viviente. Es un componente de la clorofila, que da su color verde a las hojas y donde ocurre la fotosíntesis. Si una planta recibe suficiente nitrógeno exhibirá un crecimiento vigoroso y un color verde oscuro en sus hojas.
El Fósforo tiene diferentes funciones en la planta, como son el desarrollo de las estructuras reproductivas, crecimiento de raíces y síntesis de proteínas. Este por lo general se obtiene de materia orgánica y a través de otros minerales.
El Potasio es vital para mantener la salud de una planta pues ayuda a una correcta nutrición, respiración, transpiración y actividad enzimática.
Es “importantísimo” entender que al igual que las personas las plantas necesitan de una alimentación balanceada. Necesitan de los 13 nutrientes para estar sanas. La ausencia o exceso de uno puede implicar que la planta sea también incapaz de absorber otro nutriente y como consecuencia su crecimiento será deficiente y más susceptible a plagas.
Se requiere práctica para reconocer los signos que indican la falta de uno o más nutrientes en las plantas. Una buena costumbre es vigilar las hojas de las plantas para detectar signos de deficiencias en nutrientes y poder corregirlas.
Esta es una guía condensada con algunos de los principales síntomas ante la deficiencia de estos nutrientes.
- Nitrógeno
Las hojas viejas se vuelven amarillas pues la planta traslada de éstas el Nitrógeno a las hojas nuevas.
- Fósforo
La planta en su totalidad se ve débil y atrofiada. Las hojas se vuelven de color verde opaco, amarillo o púrpura.
- Potasio
Las hojas viejas comienzan a ponerse amarillas en los bordes para después volverse cafés, arrugarse o enroscarse y presentar manchas necróticas.
- Calcio
Aunque difícil de detectar, el crecimiento se vuelve lento y las raíces van muriendo. Problema común en suelos muy ácidos
- Magnesio
Su aborción se ve limitada si hay un exceso de potasio. Las hojas viejas presentan amarillamiento entre las venas o nervaduras.
- Azufre
Las plantas presentan un aspecto achaparrado. Las hojas jóvenes presentan un aspecto chamuscado y enroscado.
- Hierro
Las hojas jóvenes se vuelven amarillas o blancas y se secan. Común en suelos alcalinos.
- Manganeso
El tejido entre las venas se ve moteado
- Cobre
Las hojas nuevas tienen las puntas amarillas y a menudo retorcidas
- Boro
Las plantas crecen con lentitud y la yema terminal se vuelve amarilla y se seca
Para solucionar estas deficiencias se pueden utilizar fertilizantes, pero estos no mejoran las características del sustrato lo cual sólo puede hacerse añadiendo material orgánico como la composta. Aunado a esto se puede suplementar el acceso a nutrientes utilizando fertilizantes granulados o foliares, estos últimos generalmente más rápidamente absorbidos por la planta. De cualquier forma, recomendamos utilizarlos lo menos posible y concentrarse en mejorar la calidad de la tierra y así complementar naturalmente las deficiencias en la misma y mantenerla como un organismo vivo al cual hay que cuidar para que proporcione a las plantas los nutrientes que necesitan.