Nuestro país cuenta con una gran diversidad de ecosistemas y con una amplia variedad de climas, desde el tropical húmedo en el sureste hasta el árido o desértico en el extremo noroccidental. Por ello la diferencia en precipitación de una zona a otra es muy considerable y sus impactos difíciles de entender para aquellos que viven en las grandes ciudades.
Con una población de casi 124 millones de personas y dos zonas montañosas que atraviesan el país de norte a sur, se calcula que únicamente el 10.5% del territorio nacional es utilizado para la agricultura y de éste, sólo el 25% utiliza sistemas de irrigación. El riego por temporal es pues la principal fuente de agua para el resto de los cultivos.
El pastoreo es otra actividad importante en México y las tres cuartas partes de esta actividad se realiza en la zona centro-norte del país, en donde no abunda el agua y en donde el cambio climático y la destrucción de los ecosistemas hacen que la conservación, almacenamiento y correcta utilización del agua sea aún más importante.
El Servicio Meteorólogico Nacional proporciona mensualmente el siguiente mapa con el índice de la sequía en México. Este se basa en diferentes indicadores como son la cantidad de lluvia, imágenes satelitales para determinar el nivel de estrés en la vegetación, estimaciones de la humedad de suelo, temperatura, radiación solar y otros modelos de humedad. Con ello se trazan polígonos para determinar las zonas y la severidad de la sequía en los diferentes municipios del país.
Después de la Tormenta Tropical Earl
El hacer públicos estos mapas para el monitoreo de la sequía ayuda a concientizar a la población sobre la importancia del uso y conservación del agua. De igual forma, si se toman en cuenta las temperaturas promedio del país y la dependencia de los cultivos al riego por temporal se puede comprender el impacto que la falta de agua puede tener en la agricultura en estados cálidos como son Guerrero, Jalisco, Guanajuato y Oaxaca.